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Para las infiltraciones se elige un lugar estratégico dentro de la articulación para inyectar los medicamentos, ya sean analgésicos, antiinflamatorios o factores de crecimiento. Esto permite que tenga un efecto directo sobre la zona afectada. En el caso de las infiltraciones con corticoides, tienen una función antiinflamatoria que alivia la hinchazón y el dolor.
Este tipo de infiltraciones son una buena opción cuando el paciente ha tomado medicamentos para controlar por un periodo de tiempo sin sentir ninguna mejoría. También cuando el dolor es muy intenso, impidiendo el buen descanso en las noches.
Es fundamental que este tipo de procedimiento lo realice un médico especialista ya que la infiltración se realiza dentro de la articulación y debe realizarse con mucho cuidado y conocimiento previo para evitar lastimar o lesionar estructuras aledañas.
Este tipo de tratamientos no son curas para las enfermedades degenerativas del cartílago ni la articulación, por lo que su efecto analgésico y antiinflamatorio dura alrededor de 3 semanas a 1 mes y medio, dependiendo del paciente y el avance de la enfermedad. Es importante destacar que las infiltraciones de corticoides en las articulaciones pueden tener ciertos efectos segundarios, por lo que no se recomienda hacerlo más de 3 veces durante un período de 12 meses y en un período no menor a 6 semanas.