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La Rodilla es una de las articulaciones más usadas en nuestro cuerpo y al estar conformada por diferentes huesos, existen diferentes tipos de fracturas que se clasifican según el hueso lesionado, ya que puede ser: el fémur, la tibia, el peroné o la rótula.
La principal causa de estas fracturas son los traumatismos directos, tanto en la práctica deportiva, como en accidentes de transito o caídas. Su recuperación es lenta y requiere gran compromiso del paciente para una recuperación exitosa.
Hay diferentes tipos de fracturas, que describiremos a continuación:
Fractura de rótula: Es la más común de las fracturas, y compromete la rótula, el hueso que encaja directamente sobre la parte inferior del fémur. Los tipos de fracturas de rótula pueden ir desde una fisura o grieta superficial hasta la división del hueso en 2 o más partes. Los tipos de fractura de rótula son: Estable, desplazada, riturada o fracturas abiertas.
Fractura de cóndilos femorales:
Los codillos están situados en el extremo inferior del fémur, son 2 llamados medial y lateral. Este tipo de fractura se presenta en caídas o saltos de gran altura donde los condilos impactan directamente sobre el extremo superior derecho de la tibia ya que los meniscos no pueden absorber y amortiguar una presión tan grande. Existen diferentes tipos, entre los que se encuentran: Supracondílea, intercondiliar, conciliar y coronal.
Eminencia Tibial:
Esta fractura se produce en el extremo superior de la tibia cuando recibe un golpe, como en un accidente de transito o la rodilla se extiende demasiado, ya que se produce una gran tensión sobre el ligamento cruzado anterior. Es más común entre los adolescentes por su inmadurez esquelética.
Tuberosidad tibial:
Esta fractura se da también en la parte superior de la tibia, cuando sucede, el lugar donde entre la tuberosidad tibial, que es el tejido que sostiene la rótula en por su parte inferior se fractura y por lo tanto deja de estar en su lugar.
Meseta tibial:
Es la parte superior de la tibia y es el área de soporte más importante y más crítica en el cuerpo por lo que una fractura en ella representa un gran riesgo de complicaciones. Se divide en 6 tipos diferentes dependiendo del lugar y la cantidad de fragmentos.
Síntomas:
Los principales síntomas de una fractura de rodilla, sin importar el lugar o el hueso afectado son el dolor punzante y fuerte, la inflamación de la articulación, la incapacidad de caminar o apoyar la pierna, los hematomas a causa del derrame de la articulación y en algunos casos deformidades bastante claras y obvias.
Manejo:
Dependiendo de la gravedad de la fractura, su profundidad, número de fragmentos, el lugar y el hueso afectado se traza un plan de tratamiento que puede ir desde el uso de férulas o yeso hasta cirugías de implantación de dispositivos de fijación internos o externos para mantener las partes alineadas, y en algunos casos injertos o aloinjertos.