Dr. Josué Calderón Gamba

El cartílago se encuentra ubicado en la parte inferior del fémur, es una capa delagada, blanca y lisa que minimiza la fricción y al tener poca celularidad hace que no pueda regenerarse de manera natural, por esta razón está expuesta a sufrir desgarres o desgastes que se pueden dividir en:

Condropatía y condromalacia: Es el grado más incipiente de desgarro o desgaste, no es necesario una intervención pero es importante hacer seguimiento constante de la lesión.

Lesión condral: A medida que la lesión se agranda, se convierte en una lesión condral, en la que dependiendo de su extensión se definirá el tratamiento.

Lesión preartrósica: Es cuando la lesión ya está demasiado difusa y es necesario implementar un tratamiento más agresivo. Con el paso del tiempo se convierte en Artrosis.

Las causas de los desgarros son variados, uno de ellos es la Osteocondritis disecante que afecta principalmente a adolescentes y adultos jóvenes, es una enfermedad articular en la que el hueso (fémur) que está debajo del cartílago no tiene suficiente flujo sanguíneo y muere por lo que ambos pueden desprenderse. Otra de las razones por la cual se produce esta lesión es la mala alineación de las rodillas que produce un exceso de roce y un desgaste asimétrico de la rodilla. Los meniscos y su desgaste, es otra de las causas del desgarro de cartílago. Y por último, un traumatismo como un golpe o una caída.

Síntomas:

Los pacientes que llegan a la consulta dicen sentir un dolor interno, profundo y muy intenso que empeora con el movimiento. Pueden darse derrames, aunque no es un síntoma común entre las personas que lo sufren. También sienten crepitaciones o chasquidos y pierden la amplitud de movimiento con el paso del tiempo y la lesión empeora.

Manejo:

Es importante decir que con respecto al cartílago no hay un tratamiento de regeneración, son más bien opciones de reparación. Dependiendo de la ubicación, el tamaño, la profundidad, la edad del paciente, las lesiones previas y el estilo de vida es posible proponer la mejor opción para la rehabilitación.

En un primer momento se opta por un tratamiento conservador enfocado en la fisioterapia, fortalecimiento de la musculatura, infiltraciones de corticoides o ácido hialurónico y analgésicos. Cuando no es suficiente, el paciente sigue presentando mucho dolor y limitación en el movimiento y la lesión se considera recuperable, se presenta la opción quirúrgica de alisado y perforaciones, en la que se alisa la zona dañada y se realizan pequeñas perforaciones para que la sangre cree una especie de cartílago. Otra opción quirúrgica es el transplante de cartílago, es una cirugía abierta más compleja y por último, cuando el cartílago se encuentra totalmente desgarrado o ha sufrido daños mayores, se considera el Reemplazo total de rodilla.

Los tiempos de recuperación difieren de paciente a paciente, pero por regla general cuando se realiza un Reemplazo es necesario poner en movimiento al paciente lo antes posible para disminuir el riesgo de complicaciones. Cuando es un transplante de cartílago o un alzamiento y perforación, el tiempo de reposo es más largo ya que el tejido debe sanar correctamente.

No hay regeneración, hay reparación.

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