Dr. Josué Calderón Gamba

Infección periprotésica de rodilla

Una de las complicaciones más temidas y de difícil manejo en los reemplazos articulares es la infección periprotésica (IPP). La incidencia en los siguientes dos años tras el postoperatorio de dicha complicación por término medio se encuentra reportada entre el 2,0 y el 2,4% en el reemplazo total de rodilla.

Diagnóstico 

El síntoma inicial y mas frecuente de la IPP puede ser el dolor.  Este puede estar localizado en la región inguinal y ocasionalmente irradiarse a la región glútea. También puede manifestarse como un dolor global, inespecífico, alrededor de la rodilla. Generalmente, el dolor es constante y no cede ni se modifica con el reposo o la actividad. Es posible que los síntomas locales de inflamación en el sitio de herida quirúrgica no estén presentes y no sean indispensables para plantear una sospecha diagnóstica de Infección. La fiebre o signos de respuesta inflamatoria sistémica, aun cuando son comunes, también pueden estar ausentes.

Los síntomas o signos ante los cuales se debe sospechar de una infección en la prótesis son la existencia de una fístula, una herida quirúrgica con secreción prolongada en el postoperatorio, dolor agudo no explicado o una prótesis dolorosa en cualquier momento del postoperatorio, especialmente si existe antecedente de problemas en la cicatrización.

Tratamiento 

El lavado y desbridamiento, en combinación con cubrimiento antibiótico para el manejo de la infección, permiten conservar la prótesis y evitar una cirugía extensa de revisión. Esto siempre y cuando se haya acudido a tiempo, ya que la infección puede aparecer un mes después de haberse colocado la prótesis. 

 Pero cuando la infección posquirúrgica es tardía y crónica puede llevar a la retirada inmediata de la prótesis y en algunos casos donde la sepsis es grave, se podría incluso llegar a la amputación, que es lo que evitamos con un adecuado diagnóstico y oportuno tratamiento.

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