¿Mi prótesis está fallando?: Cuándo hacer una cirugía de revisión es necesario
20 Jan, 2021
La cadera juega un papel muy importante en nuestro cuerpo y muchas veces es subestimada pues no se le presta mucha atención y se supone su longevidad en el tiempo sin ningún tipo de cuidado. Lo cierto es que esta articulación es el centro, une nuestro tronco con nuestras piernas y sostiene nuestro peso en cualquier posición, de ahí radica su importancia.
Una de las patologías o enfermedades más comunes en la cadera es la Osteoartrosis, un enfermedad degenerativa que se puede presentar en cualquier articulación del cuerpo. Afecta principalmente el cartílago articular que se encuentra en la cabeza de fémur y que permite que está se mueva de manera fluida dentro del acetábulo.
El principal síntoma de esta enfermedad es dolor y la inmovilidad de la articulación, a medida que avanza los huesos comienzan a frotarse uno contra el otro creando una capa rugosa y espolones que aumentan los síntomas.
Aún no hay una causa clara, pero existen diferentes factores como la edad, el sobrepeso, lesiones previas u otras enfermedades de base como lupus que aumentan el riesgo de desarrollarla, por eso su detección temprana es clave para un mayor éxito en su manejo y mejorar la calidad de vida a largo plazo del paciente.
¿Se puede evitar? Es posible retrasar su aparición y diminuir la velocidad de su avance con sencillas estrategias como mantener un peso adecuado según la altura, ya que el sobrepeso pone más presión sobre la articulación haciendo que el avance del desgaste sea más rápido; hacer deporte de bajo impacto que le permitan mantenerse en forma; utilizar zapatos cómodos y óptimos para un buen soporte, que ayuden a reducir el estrés de la cadera.
¿Qué tratamientos existen? Existen diferentes opciones para tratar la artrosis, aunque es muy importante aclarar que no existe una cura definitiva no quirúrgica. Una de ellas es la fisioterapia o rehabilitación física, con ejercicios específicos guíanos por un profesional es posible mejorar la amplitud de movimiento y fortalecer los músculos; los medicamentos como el acetaminofén o antiinflamatorios no-esteroides ayudan a reducir el dolor y la inflamación, pero deben tomarse siempre bajo supervisión medica.
Hay otros procedimientos médicos como las infiltraciones de coticoides, viscosuplementos o plasma rico en plaquetas que buscan mejorar la movilidad de la rodilla y disminuir el dolor por un determinado periodo de tiempo, pero no son curativos, son paleativos. Y por último están los procedimientos quirúrgicos como la artroscopia para eliminar espolones o alisar la superficie; la osteotomía para realizar la articulación y quitar presión de la zona más desgastada o el reemplazo total de cadera que busca extraer por completo los componentes dañados y reemplazarlos por prótesis metálicas.
La Osteoartrosis no se da de repente, tener unos hábitos sanos y controles periódicos pueden facilitar tener una mejor calidad, por eso su detección temprana es fundamental en el éxito de cualquiera de las opciones de tratamiento.
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